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Se suelen establecer
clasificaciones en función de su principal propiedad; el tipo de superficie sobre
la que se realiza la proyección:
Según la propiedad que
posea una proyección puede distinguirse entre:
- proyecciones equidistantes, si
conserva las distancias.
- proyecciones equivalentes, si
conservan las superficies.
- proyecciones conformes, si
conservan las formas (o, lo que es lo mismo, los ángulos).
No es posible tener las
tres propiedades anteriores a la vez, por lo que es necesario optar por
soluciones de compromiso que dependerán de la utilidad a la que sea destinado
el mapa.
La proyección de
Mercator
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La proyección de
Mercator trata a la Tierra como un globo hinchable que se
introduce en un cilindro y que empieza a inflarse ocupando
el volumen del cilindro, imprimiendo el mapa en su cara exterior.
Este cilindro cortado longitudinalmente y desplegado sería parecido
al mapa con la proyección de Mercator. Pero como cualquier otro mapa
la proyección de Mercator tiene sus puntos débiles, pues exagera el tamaño
de las tierras a medida que nos alejamos de la línea del ecuador.
Gracias a los numerosos
satélites que tenemos en el espacio es posible conocer el detalle de la
superficie de la Tierra y saber que en la proyección de Mercator se producen
sesgos importantes.
En él
Groenlandia aparece aproximadamente del tamaño de África, cuando en
realidad el área de África es aproximadamente 14 veces la de
Groenlandia. El mapa también muestra Alaska de un tamaño similar
a Brasil, cuando el área de Brasil es casi 5 veces superior.
La misma Alaska también parece 3 veces más grande que México, cuando este
último es casi 250 mil km2 más grande. Incluso Europa aparece
relativamente del mismo tamaño que América del Sur cuando ésta es más
de 7.2 millones de km2 más grande.
Para sus críticos, esta
desproporción en las dimensiones de los países más cercanos a los polos (muchos
de ellos coinciden con las grandes potencias económicas del mundo ya que
los países menos desarrollados se sitúan alrededor del Ecuador) creando
prejuicios y perpetuando una concepción eurocéntrica u
occidentalcéntrica, dando una sensación de centralidad europea y
norteamericana.
La segunda gran crítica
de esta proyección es que el mapa de Mercator da más peso al hemisferio
norte que al sur, colocando la línea del Ecuador no en la mitad del mapa, sino
un poco más abajo, de manera que el hemisferio norte ocupa 2/3 de la
superficie del mapa, y el sur 1/3, además de colocar a Europa en el centro del
mapa mismo.
También hay otro aspecto
engañoso que hay que mencionar del mapa de Mercator: los países no
están donde creemos que están ya que “Europa y Norteamérica deberían
estar mucho más al norte de donde están. Aparecen centrados en el mapamundi,
prácticamente en el ecuador, cuando están muchos más grados hacia el norte”,
cuenta José Antonio Aldrey, profesor de Geografía Territorial en la Universidad
de Santiago de Compostela, en un artículo
del periódico ABC.
En cambio sus
partidarios esgrimen que el mapa de Mercator cumple perfectamente con su fin y
se aleja de cualquier teoría euro/occidentalcéntrica. El fin
de Mercator era proporcionar un mapa útil en navegación y, en realidad, se
limitó a idear una manera de proyectar la superfice terrestre sobre un mapa
plano para que fuera útil en navegación. En base a ello, comenzó a realizar un
atlas del mundo, que no pudo concluir. Fue su hijo quien culminó la tarea.
Como contrapartida a las
críticas, la proyección de Mercator muestra sobre la línea del Ecuador
países sin deformaciones y para regiones de latitudes bajas la deformación
sería pequeña. Además, a día de hoy existen
numerosas proyecciones dentro de Mercator.
La proyección de
Gall-Peters
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Arno Peters afirmaba lo
siguiente acerca del mapa de Mercator:
Son los países del
Tercer Mundo, los estados ex-coloniales, las naciones de los pueblos de color,
los que resultan perjudicados por el mapa Mercator. Este mapa es una expresión
de la época de europeización del mundo, de la época en la que el hombre blanco
dominaba el planeta, de la época de la explotación colonial del mundo, por una
minoría de razas de señores blancos, implacables, bien armados, y técnicamente
superiores.
La proyección de
Gall-Peters es también una proyección cilíndrica, con todos los inconvenientes
que ello implica. Para sus partidarios la ventaja que tiene la proyección
de Gall-Peters es que es una proyección que conserva las áreas. Esto quiere
decir que la dimensión vertical del mapa se estira o encoge de una
manera particular para conseguir que el área de los objetos se conserve, a
costa de producir una fuerte distorsión en la forma de los continentes.
Así, se pueden comparar tamaños de objetos distantes entre sí tan bien como si
estuviéramos mirando en el globo. Aparentemente, cuando Gall propuso esta
proyección por vez primera, no alcanzó una enorme popularidad pero Arno Peters
tuvo más suerte y logró incluso que la ONU adoptara su proyección. Este éxito
fue más debido a cuestiones políticas y sociales que a méritos cartográficos.
Al ser una proyección
cilíndrica, esta proyección también produce una deformación de los continentes
a medida que cambiamos de latitud. En este caso particular, esta distorsión
ocurre al alejarnos de las latitudes 45º N y 45º S. Aunque este nuevo
dibujo del mapa se acerca mucho a las dimensiones de los continentes, los
cartógrafos más académicos lo ignoraron considerando esta proyección
de poco rigor científico, por ese estiramiento irreal de las formas. La
principal crítica a la proyección de Gall-Peters es, pues, que distorsiona la
forma de los países.
Otras proyecciones
Al día de hoy existen
más de 400 proyecciones cartográficas y ninguna de ellas representa de forma
precisa la Tierra en un mapa, ya que en un mapa obligatoriamente debe incluir
una distorsión: en área, en ángulos, en formas o en distancias, según sea la finalidad
del mapa. Actualmente, se utilizan
varias alternativas a Mercator para representar la
totalidad de la Tierra completa, destacando las de: Winkel-Tripel, acimutal
equivalente de Lambert, Bonne, Mollweide, Goode, Sinusoidal, Robinson, Van
der Grinten, Eckert, etc. Y el mapa de Peters sigue dando guerra y, aunque muy
cuestionado, no ha caído en el olvido. «De hecho, ahora, en la ONU o en la
Unesco prefieren utilizar la proyección Peters o la de Mollweide», apunta
Aldrey.
Proyección de Goode:
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Los investigadores de
organismos internacionales suelen utilizar la proyección de Goode para comparar
información estadística continental de acuerdo a las áreas.
Muy Buena info
ResponderEliminares horrible
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